Leyenda: El enano que construyo la piramide del adivino.
Cuenta la leyenda que en Uxmal vivía un hombre llamado Chucum Cimí, quien tenía un hijo muy inteligente pero que era de estatura muy baja, un enano. Este joven era conocido por su destreza y sabiduría, a pesar de su tamaño. Su nombre era no registrado en ningún lugar.
El gobernante de
Uxmal en ese entonces, Kakupakal, tenía un sueño recurrente en el que un enano
le ordenaba construir una pirámide. Kakupakal prometió grandes recompensas a
quien pudiera hacer realidad su sueño y construir esta pirámide en una sola
noche.
El enano, hijo de
Chucum Cimí, se presentó ante el gobernante para aceptar el desafío. Kakupakal,
escéptico, le dio la oportunidad. Aquella misma noche, el enano comenzó la
construcción de la pirámide, desafiando toda lógica y tiempo. Con ayuda de su
ingenio y habilidad, trabajó incansablemente y, al amanecer, la Pirámide del
Adivino estaba casi terminada.
Antes de finalizar
la construcción, el enano solicitó un último deseo: ser colocado en lo alto de
la pirámide. Una vez en la cima, lanzó una maldición al gobernante y a la
ciudad de Uxmal, profetizando la caída de la ciudad. Tras esto, saltó desde lo
alto y desapareció.
La leyenda sugiere que la maldición del enano finalmente se cumplió, y la ciudad de Uxmal sufrió un declive y abandono.
Aunque la historia del enano y la construcción en una
sola noche es más una leyenda que un relato histórico verificable, sigue siendo
una narrativa popular que agrega misticismo y encanto a la historia de Uxmal.
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